lunes, 3 de marzo de 2008

Para África, cada vez más difícil

Muchas son las mafias en el mundo y muchos son los ámbitos en las que funcionan, ninguna de ellas tolerables. Pero el continente africano esta padeciendo la peor de todas, las que paga con sus vidas.
En Kenia prevalecen en mayoría dos enfermedades: El SIDA y la Tuberculosis.
Por ese motivo es que el país fue elegido para experimentar una nueva medicina creada por la industria farmacéutica para la tuberculosis.
En el film The Constant Gardener/ El Jardinero Fiel (2005), que es una adaptación cinematográfica del libro de John Le Carre publicado en el 2001, donde con una particular visión se muestra la práctica médica en países en vías de desarrollo, aparecen reflejados tratamientos contra el SIDA, como también el estudio de nuevos tratamientos en enfermedades como la tuberculosis*.
Queda demostrado una realidad que, tal vez intuimos, pero poco entendemos, y es la desigualdad para con el pueblo africano.
Para combatir la enfermedad se suministra terapia antituberculosa en comprimidos de una nueva herramienta terapéutica llamada Dypraxa.
Los sistemas sanitarios están en lucha con la industria farmacéutica para lograr la producción de medicamentos genéricos que permitan reducir los costos.
En países como Namibia, uno de los más ricos del sudoeste africano, no dejan de aumentar los casos de SIDA, y a pesar de que las farmacéuticas venden sus productos patentados a precios muy inferiores, éstos siguen siendo inalcanzables para la población. Patente en mano no es posible producir medicamentos antirretrovirales de un costo menor a los que podrían acceder la mayoría de los afectados en esos países. En África hay 24,5 millones de afectados por el VIH/SIDA, el 71% de la población mundial afectada. Se ven sujetos a una doble "tiranía industrial", en la cual las farmacéuticas en ningún caso renunciarán a los beneficios y el aumento del tráfico de productos de imitación. Las redes de tráfico ilegal venden cada vez más en el tercer mundo medicamentos que no son tales, como cápsulas llenas de azúcar que se supone que van a bajar la fiebre de los niños o aliviar los dolores, están a la orden del día y, en muchos casos, producen la muerte de quien los toma pensando que son auténticas.

En palabras de la Directora de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan, "la salud y los intereses de la propiedad son irreconciliables". Uno de los casos más llamativos es el de la empresa alemana Bayer, una de las empresas farmacéuticas con mayores beneficios del mundo y comprometida con el desarrollo sostenible. Bayer tiene proyectos en varios países, relacionados con el cambio climático y la contaminación del aire, programas contra el racismo, de reconstrucción, entre otros. Pero es curioso que no tenga programas de acceso a los medicamentos de los que más los necesitan, cuando su actividad es la producción de éstos. Se ha acusado a la empresa alemana de vender medicamentos inseguros al tercer mundo en la década de los 80, mientras que en Europa y Estados Unidos vendían otros más avanzados. Sólo en Hong Kong y Taiwan, más de 100 hemofílicos* contrajeron el virus VIH por consumir productos inseguros (Factor VIII*). Bayer ha acabado pagando a los afectados la suma de 600 millones de dólares en concepto de indemnización después de años de juicios.
En efecto, se reclama un trato diferente para el tercer mundo.
Los TRIPS, acuerdos internacionales relacionados con el Derecho de Patentes, garantizan 20 años de patente para las medicinas.
Ya en Doha, capital de Qatar, se clamó por una modificación o, por lo menos, una relajación de estos acuerdos.
Mientras que los fármacos antiguos están libres de patente, las nuevas medicinas están sujetas a protección y a precios inalcanzables para los países en vías de desarrollo e incluso para países desarrollados. Tras el 11 de septiembre, los Estados Unidos no dudaron en amenazar a Bayer con producir ellos mismos el Cipro, tratamiento antibiótico patentado contra el ántrax, por el elevado precio al que la farmacéutica quería venderlo. Al fin, se negoció la reducción en el precio, y para el consumidor final una tableta tiene un costo superior a los 4 dólares. Para el bolsillo americano no es mucho, pero si lo trasladamos por ejemplo a Cuba, donde el salario medio mensual es de u$s 10, les costaría casi la mitad del sueldo.
La Ética es la disciplina científica que estudia la corrección y la bondad de las conductas humanas. El análisis de la conducta de los implicados en el caso del medicamento en desarrollo no sigue las directrices de bondad, sino las del beneficio propio, ya que se esconden resultados negativos por el hecho de ser contrarios a sus intereses. Esto se debe a que no existe independencia entre el productor del medicamento y el encargado en el país de realizar las pruebas. Al existir un beneficio común, y no seguir de manera correcta el protocolo de actuación marcado previamente a la realización del ensayo, se viola flagrantemente la ética del mencionado proceso.
A la hora de realizar una investigación en la que toman parte personas, se deben reunir una serie de condiciones básicas, que son el consentimiento informado y la privacidad, intimidad y anonimato de la información obtenida en los estudios. En lo que se refiere al consentimiento informado, lo más importante desde el punto de vista ético no es la obtención, sino el proceso por el que se obtiene. Este proceso debe contar con una serie de características fundamentales, en primer lugar se ha de suministrar la información suficiente, que debe ser comprendida por parte de la persona que tomará parte en el estudio, y, por último, ingresará en el mismo de manera voluntaria pudiendo abandonarlo en el momento que lo desee, sin ningún tipo de coacción por parte del organizador u otros miembros. Para llevar a cabo el estudio sobre Dypraxa, en la película se denuncia no sólo que no se informa al paciente de sus efectos, ya sean beneficiosos o nocivos, sino que, además, no se goza de la posibilidad de elección, ya que el negarse a tomar el medicamento en prueba implica la pérdida de la prestación sanitaria. Este hecho queda constatado en la propia tarjeta sanitaria, donde existe un campo que se rellena con una cruz junto a las iniciales IC (que indican informado y conforme), no recibiendo ninguna información el participante del ensayo.
*Tuberculosis (TBC): Es una enfermedad infecto-contagiosa causada por diversas especies del género mycobacterium, es el único género de las bacterias Mycobacteriaceace. El género incluye patógenos que causan graves enfermedades en mamíferos, incluyendo Tuberculosis y Lepra.
*Hemofilia: Enfermedad genética que consiste en la incapacidad de la sangre para coagularse.
*Factor VIII: Los factores de coagulación son un grupo de proteínas responsables de activar el proceso de coagulación. Hay identificados 13 factores, Factor I,II,III,………,XIII.