viernes, 31 de agosto de 2007

El olvido de África y la vigencia de sus riquezas

El Coltan: Una realidad poco conocida

Desde siempre, los variados recursos africanos han despertado el interés, sino la codicia, de vecinos y foráneos. A partir del siglo XVI el avance expansionista de los musulmanes, antiguos intermediarios con Europa, acompañados de los portugueses, iniciaron una redituable y desigual situación dentro del continente, que se extiende hasta nuestros días.
Las minas de oro y diamantes del sur siempre tentaron con sus brillos a los capitalistas europeos, que a partir de la conferencia de Berlín (1884-1885), dominaron las colonias, y en el corto plazo de veinte años se repartieron África.
Luego del gobierno de Leopoldo II, Rey de los Belgas, considerado uno de los regímenes más atroces que se impusieron en África y en la medida en que la economía colonial comenzó a madurar, casi ningún sector de la sociedad africana pudo permanecer aislado de los parámetros que este monarca impuso. La mano de obra fue reclutada a la fuerza, las formas no disimuladas de trabajo forzado y las situaciones apenas encubiertas de esclavitud fueron otros tantos aspectos de su afianzamiento.
La independencia de los estados africanos, entre 1960 y 1970, no trajo muchos cambios, ya que algunos dirigentes africanos, como Patricio Lumumba o Thomas Sankara, que intentaron poner un freno a la discriminación, la explotación y la corrupción, generada por las elites africanas gobernantes que tomaron el relevo de la opresión que antes ejercían los colonizadores, fueron eliminados físicamente con la complicidad activa o pasiva de las potencias extranjeras y políticos locales.
Una de las mayores preocupaciones en la actualidad, es la extracción ilegal de Columbo Tantalina, denominado como Coltan. Este mineral, muy poco conocido a nivel mundial, que en principio se extraía de Kivu, provincia de la Republica Democrática del Congo, hoy también se explota en Rwanda y Uganda.
La demanda se ha ampliado y las grandes compañías como Nokia, Sony o IBM se disputan la producción, ya que el Coltan es uno de los componentes más importantes para la fabricación de productos de alta tecnología.
La extracción del mineral es llevada a cabo por una población que, empujada por la pobreza, se emplea en las minas por unas pocas monedas y en condiciones de esclavitud. Los trabajadores más codiciados son los niños, que tras abandonar la escuela en masa, se constituyen en una mano de obra barata, dócil y de pequeño tamaño, condición esta última más que conveniente, ya que las minas están al ras de la tierra y les es más fácil penetrar en ellas.
“Los gobernantes están aislados del mundo, viven en palacios y centralizan toda la toma de decisiones, mientras el pueblo está devastado”, asegura Ezequiel Escudero, Licenciado en Relaciones Internacionales, Facultad de Ciencias Humanas, de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Por esa razón, cuando llegan al continente inversores para extraer Coltan “no sólo no les importa cuánto o cómo les pagan a los empleados, o que un chico de 12 años muera de cáncer a los dos años de trabajar, sino que el propio gobierno, que es quien tendría que interesarse por su pueblo, tampoco se preocupa”, y afirma: “Siempre hay una cuestión comercial detrás de todo esto”.
Sobre el tema, Hilda Varela, Licenciada en Relaciones Internacionales, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS), Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sostiene que los responsables son las elites locales, gubernamentales y de negocios, respaldadas por socios externos, gobiernos y compañías privadas. “Las empresas siguen intereses particulares y egoístas, no son organizaciones humanitarias sino todo lo contrario, trabajan para expandir sus beneficios”, y agrega: “La extracción de recursos es rentable sólo para estas empresas y eso es lo único que les interesa”.
Por su parte Escudero señaló, también, como una de las principales causas de la explotación, la perpetuación en el poder por partes de los gobernantes, que “destruye en forma absoluta todos los mecanismos democráticos o la posibilidad de acceder a la educación”. La problemática africana no se soluciona sólo “con mover algunas piezas y nada mas, es una cuestión orgánica”.
Como síntesis de las condiciones de explotación imperantes, se calcula que más de tres millones de personas han muerto en los últimos años en las minas de Coltan, como consecuencia situación infrahumana en el ámbito de trabajo.